Alentar en los seminaristas el espíritu misionero, para que con nuevo ardor, nuevas expresiones y nuevos métodos, se comprometan en la obra de hacer vivir y reinar a Jesús en el corazón de sus hermanos (cf. SD 28-30).

Objetivos

  • Acompañar a los seminaristas en el crecimiento de la gracia bautismal.
  • Posibilitar y crear ambientes que favorezcan el crecimiento espiritual en la fe, la esperanza y la caridad.
  • Generar mentalidad y actitudes de buen Pastor en el seminarista.
  • Proponer los principios fundamentales de la formación de pastores según el corazón de Cristo.
  • Promover el desarrollo integral y armónico de la persona, al máximo de sus potencialidades, orientados por el Evangelio y los principios de formación del Seminario Intermisional.
  • Promover el desarrollo de la personalidad de los seminaristas y de la conciencia de su propia identidad.
  • Generar un ambiente que permita el desarrollo de la autonomía moral e intelectual de los seminaristas, a la vez que los lleve a formar un sentido cristiano frente a la realidad que lo circunda.
  • Implementar estrategias pedagógicas que promuevan en los seminaristas actitudes de solidaridad, capacidades y medios para la organización y participación.
  • “En efecto, nuestra identidad tiene su fuente última en la caridad del Padre. Al Hijo – Sumo Sacerdote y Buen Pastor – enviado por el Padre, estamos unidos sacramentalmente a través del sacerdocio ministerial por la acción del Espíritu Santo. La vida y el ministerio del sacerdote son continuación de la vida y de la acción del mismo Cristo. Esta es nuestra identidad, nuestra verdadera dignidad, la fuente de nuestra alegría, la certeza de nuestra vida.
  • El sacerdote debe tener al mundo despierto para Dios. Debe ser alguien que está de pie erguido frente a las corrientes del tiempo.
  • El sacerdote debe estar ante el Señor, hacerse cargo de los hombres ante el Señor que, a su vez, se hace cargo de todos nosotros ante el Padre.
  • El sacerdote debe servir. En la celebración eucarística, lo que hace el sacerdote “es servir, realizar un servicio a Dios y un servicio a los hombres”.